En un escenario de desaceleración de las economías más grandes del mundo, como Estados Unidos y China, América Latina se encuentra en un momento crucial para definir su futuro económico.
El problema de China para el mundo, y en particular para América Latina, no es si el aterrizaje es suave o forzado. Ya se está desacelerando, y esto cambia por completo el paradigma que venimos observando desde los años 2000.
El impacto de la desaceleración estadounidense
La relevancia de la desaceleración de la economía estadounidense es un tema que genera acalorados debates y tiene impactos muy significativos en los mercados mundiales. El sensacionalismo desde finales de 2022 en torno a una posible recesión en EE.UU. no se materializó y estuvo lejos de serlo. 2023 fue un año de crecimiento resistente y las perspectivas para 2024 siguen una tendencia muy similar.
A pesar del escenario positivo, advierto sobre la necesidad de vigilar los signos de enfriamiento en el mercado laboral estadounidense. Creo que hay pocos indicios para temer una recesión, aunque reconozco que no se debe descartar esa posibilidad. Históricamente, las recesiones en Estados Unidos han sido causadas por shocks exógenos, como cambios en el precio del petróleo, ataques terroristas o crisis financieras.
China y su desaceleración: ¿qué significa esto para América Latina?
El enfriamiento de la economía china también es preocupante, principalmente por su impacto en las economías emergentes y la demanda de materias primas. La desaceleración de China se viene notando desde 2015 y las consecuencias de este cambio aún están siendo absorbidas por el mercado. La desaceleración china se ha vuelto más pronunciada y la economía mundial necesita adaptarse a un crecimiento más moderado en el país asiático.
La deuda y los desafíos fiscales globales
Destaco también el tema de la deuda global, que, tras la pandemia, enfrenta muchas economías al desafío de equilibrar sus cuentas públicas. Observo que las principales economías debieron inyectar grandes volúmenes de recursos para enfrentar la crisis, y esto generó una discusión relevante sobre la sostenibilidad fiscal de largo plazo. América Latina no es inmune a este debate y la necesidad de ajustar el gasto público es cada vez más evidente.
El avance de la tecnología y la innovación en el sector financiero son factores que pueden moldear el futuro de la economía. El mercado financiero siempre ha estado a la vanguardia en la adopción de tecnología, y la inteligencia artificial y la digitalización de procesos son tendencias que seguirán influyendo en la forma en que funcionan los mercados.
Quiero dejar claro que el escenario global presenta desafíos, pero también muchas oportunidades para América Latina. La región necesita adoptar una postura proactiva frente a los cambios globales y prepararse para los impactos de las transformaciones económicas que ocurren en las principales potencias mundiales. El debate sobre el papel del Estado, la necesidad de reformas estructurales y el avance tecnológico serán fundamentales para que América Latina se posicione en un escenario global cada vez más competitivo.
Fitch Ratings Inc.
Es una agencia de calificación crediticia estadounidense y dice que se espera que la economía de América Latina crezca un 1,7% en 2024. En términos fiscales, siguen apareciendo desafíos en la región a medida que los países intentan estimular sus economías. Pero destacó que el impulso fiscal en América Latina está siendo menos intenso este año, debido al nivel de deuda de la región. “Los países más grandes de América Latina tendrán un aumento de deuda/PIB”, estimó.
Alexandre Perini
🇧🇷 Experto Intl. en Inversiones y Bolsas de Valores
📚 Influencer en Educación y Mercado Financiero
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