Cómo arranca la actividad económica en 2025: evolución sectorial y proyección trimestral

Crédito columna: Wildo González, economista de Basa Capital.

Condiciones Iniciales que sustentan el 2025

El 2025 inicia con un panorama económico en Paraguay que mantiene la línea de las estimaciones realizadas a finales del 2024. La actividad productiva se desarrolla en dos velocidades: mientras el sector de recursos naturales (PIB Recursos Naturales, PIB RRNN) muestra un comportamiento moderado, las actividades vinculadas al comercio y los servicios continúan con una dinámica positiva, impulsadas por la demanda interna, Gráfico 1. Este comportamiento sectorial sugiere que el crecimiento del PIB estará determinado, en gran medida, por el desempeño del consumo privado y la inversión.

Las proyecciones de cierre hechas al cierre 2024 para el PIB del 2025 ya contemplaban un escenario de precios de la soja estables y niveles de producción similares a los del año anterior. Sin embargo, el sector agroexportador no ha logrado recuperar el dinamismo de ciclos anteriores, lo que ha limitado el efecto positivo del sector externo sobre la economía, Gráfico 2. A pesar de ello, el crecimiento en sectores no dependientes de los recursos naturales ha permitido compensar, en parte, la desaceleración agrícola y garantizar una expansión moderada del PIB.

No obstante, persisten riesgos relevantes para la evolución de la actividad económica, especialmente los asociados a la balanza comercial. La proyección inicial del 2025 contemplaba un déficit comercial leve, pero cualquier deterioro adicional en el sector exportador (por menor producción de la soja) podría justificar una revisión a la baja en las expectativas de crecimiento. Los efectos de shocks climáticos sobre la producción agrícola y los términos de intercambio siguen siendo factores de incertidumbre clave para los próximos meses.

Consumo y volatilidad en la actividad económica: claves para interpretar el inicio de 2025

A pesar de que el arranque de 2025 ha mantenido cierta estabilidad en la actividad económica, pero la alta volatilidad de los indicadores sugiere la necesidad de interpretar con cautela los datos más recientes. En los últimos años, las oscilaciones en los principales índices económicos han sido significativas, lo que complica la evaluación precisa del estado actual de la economía y la proyección de su desempeño futuro. Sin embargo, los indicadores de ventas minoristas (ECN) y el IMAEP muestran una tendencia positiva (dentro de la volatilidad de los datos), lo que sugiere que el consumo privado mantiene un comportamiento aceptable.

En términos del análisis de coyuntura, el consumo privado muestra una fuerte correlación entre el ECN y las importaciones de bienes de consumo, reflejando el dinamismo del gasto privado. Aunque las cifras de importaciones hasta febrero sugieren un posible retroceso en el consumo, esto no implica necesariamente una desaceleración, sino que puede responder a la volatilidad inherente de los datos. La estabilidad de estos indicadores en el tiempo será clave para confirmar si la demanda interna continúa siendo un impulso que podría mantener las condiciones de crecimiento en la economía, a pesar de un probable no buen desempeño de los sectores ligados a los recursos naturales.

Analizando, con detalle el gasto privado, específicamente los componentes del ECN, vemos que el comportamiento de los bienes de consumo no durables también apunta a una tendencia de recuperación, Gráfico 3. La estabilidad reciente en este segmento sugiere que el gasto en bienes esenciales podría mantenerse en niveles adecuados. No obstante, el seguimiento de otros indicadores complementarios será esencial para evaluar la solidez de esta mejora y su persistencia en los próximos meses.

Finalmente, el consumo de bienes durables se mantiene como un indicador adelantado del ciclo económico. Históricamente, las caídas en las ventas e importaciones de este tipo de bienes han precedido desaceleraciones económicas, mientras que su recuperación ha anticipado expansiones, Gráfico 4. La reciente contracción en las importaciones de bienes durables no es aún una señal definitiva de deterioro del consumo privado, pero sí amerita un monitoreo detallado en el corto plazo.

Conclusiones

Las proyecciones de crecimiento económico para el 2025, refleja una dinámica diferenciada entre sectores. Mientras el comercio y los servicios continúan mostrando resiliencia, impulsados por la demanda interna, el sector de recursos naturales enfrenta un desempeño más moderado, lo que limita el impulso proveniente del sector externo.

A pesar de que las proyecciones hechas a finales de 2024 siguen siendo válidas, el contexto económico presenta factores de riesgo que podrían modificar la trayectoria de crecimiento. La balanza comercial, con un ligero déficit, sigue dependiendo del desempeño del sector exportador, en particular de la evolución de la producción agrícola y los términos de intercambio. Además, la alta volatilidad en los indicadores económicos sugiere que la interpretación de las cifras más recientes debe hacerse con cautela, evitando extrapolaciones apresuradas sobre tendencias de largo plazo.

El consumo privado continúa siendo un pilar clave para la actividad económica, con señales de estabilidad en bienes no durables y un vínculo estrecho con la evolución de la actividad económica y el mercado laboral. No obstante, la contracción en las importaciones de bienes durables plantea dudas sobre la sostenibilidad del consumo en el mediano plazo, lo que resalta la importancia de monitorear de cerca su evolución en los próximos meses. (Contexto económico presenta factores de riesgo que podrían modificar trayectoria de crecimiento)  

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