Con presencia de representantes de diferentes organizaciones, la consultora presentó en el Hotel Tryp un espacio de reflexión para impulsar, desde puestos de liderazgo, hábitos sólidos, humanos y resilientes para el equipo, en medio de los constantes cambios producidos por las nuevas tecnologías.
En la foto: Marcelo Darnay; Marcelo Rahi; Francisco Hidaldgo; y Enrique Piñero.
Zinkgular, firma española con más de 20 años de experiencia transformando y modernizando la gestión de empresas de diversas partes de Europa y Latinoamérica, llevó a cabo la charla “Cultura organizacional en tiempos acelerados”, de la mano de Enrique Piñero, asesor y facilitador de procesos de cambio, el cual fue un momento de networking y de retroalimentación para comprender cómo enfrentar correctamente los cambios y desafíos actuales.
Como nunca en la historia humana, la velocidad y la innovación son las pautas por las que nos regimos; la introducción cada vez más rápida y menos espaciada de las herramientas más novedosas obligan a una adaptación casi inmediata. Sin embargo, esta aceleración también se lleva a las prácticas, donde todo debe hacerse con la mayor premura posible
Con este ritmo vertiginoso, la carrera contra el tiempo solo lleva a plantearnos qué tan preparada está la empresa para ser ágil y competitiva en medio de la globalización. Piñero enfatizó que el primer paso es entender que los cambios “asustan”, que a los humanos nos gustan los procesos predecibles, pero para seguir avanzando, es necesario adaptarse.
“Uno cuando no entiende lo nuevo, puede asustarse. Este miedo se ve mucho en las empresas, estamos viviendo todo el tiempo sucesos que están acelerando cómo actuamos en las empresas”, explicó Piñero, quien añadió que todo se encuentra en constante fluctuación, que es necesario empezar a practicar el “desaprendizaje” y reciclar muchos de nuestros conocimientos previos.
Modernidad líquida, ¿empresas líquidas?
El pensador polaco Zygmunt Bauman acuñó el término “tiempos líquidos” para definir nuestro apego -o falta de él- a la información, debido al flujo casi infinito de nuevos estímulos, tecnologías, tendencias o herramientas, que no solo lleva a mayor velocidad, sino que genera relaciones frágiles, un estado casi constante de “no saber” y, sobre todo, incertidumbre e inestabilidad: no está claro qué se va a precisar mañana ni cómo hacerlo.
Es acá donde el especialista sugiere una actuación eficaz antes que simplemente adaptarnos a la incertidumbre y acostumbrarse a “apagar incendios”, sobreponerse a lo que llama “La era del relato”. “Vivimos una época donde hablamos constantemente. Hablamos de los tiempos líquidos, de los desafíos, pero realmente no cambiamos nada. No buscamos salida a la situación”, señaló.
Una vez asimilada la complejidad del desafío, es necesario aceptar que los cambios necesarios. “No podemos enfrentar el panorama actual con modelos de hace 10 años. Debemos dejar de decir que así son los nuevos tiempos y actuar buscando soluciones”, afirmó.
El rol del líder con “desapego”
Entender que es necesario una transformación solo puede venir de los líderes. Piñero enfatiza que hoy por hoy, es clave el “desaprendizaje” en los procesos de aprendizaje, por muy contradictorio que suene. Al respecto, dijo: “No podemos adoptar nuevos conocimientos si no dejamos de utilizar los antiguos. No seremos capaces de entender mientras no reciclemos lo que aprendimos hace tiempo y ya ha quedado obsoleto”.
Por eso, en este desaprendizaje el rol del líder es generar el desapego, es decir, facilitar tanto en tareas como en herramientas lo que precise la empresa para agilizar procesos y, sobre todo, que el equipo se empodere gracias a la autonomía que producen estos ajustes.
Para Piñero, el líder moderno debe ser “reconfigurador”, saber soltar lo obsoleto, adaptarse a lo nuevo y preparar al equipo para afrontar los cambios por llegar, todo al tiempo que delega y reconoce el valor de su plantel.
Cultura vs Estructura, ¿cuál gana?
La disputa es muy habitual. Se ha instalado que la cultura de la compañía puede más que los procesos o viceversa. Los tiempos modernos exigen dejar atrás el debate y concentrarse en lo mejor: unir ambas ideas.
El disertante recalca que no solo estos conceptos pueden coexistir, sino que ir de la mano. “Se puede crear una cultura en torno a encontrar mejores estructuras y procesos”, comentó. Para ello, es importante que el liderazgo marque el rumbo decididamente tanto en un aspecto como el otro.
“Que no trabajes una cultura no significa que tu empresa no la tenga. El resultado será una cultura desorganizada”, señala Piñero, quien recuerda que, así como cuidar al colaborador, hay que tener mente en equipo y priorizar el bienestar grupal en tiempos de cambios acelerados.
Zinkgular y Paraguay
Francisco Hidalgo, CEO de Zinkgular, comentó que estos espacios, donde, con dos décadas de experiencia en el mercado europeo, comparten lo que puede ayudar a empresas locales a dar grandes cambios. “La cultura y la estrategia tienen que ir alineadas. No hay estrategia posible sin que las personas que forman parte de la organización la apoyen y para eso, pues hay que gestionar la cultura, porque como se decía en la charla, la cultura de tu organización existe, lo quieras o no”, remarcó.
“Nosotros lo que hacemos es trabajar con la empresa siempre con ella para determinar dónde estamos y hacia dónde queremos ir y cómo podemos medir que ese proceso ha sido un proceso útil, que las personas se sientan mejor y que la empresa sea más rentable, porque esta es otra unión que hoy en día tenemos que fortalecer. Difícilmente hay bienestar de personas si la empresa va mal”, explicó Piñero.
Hidalgo afirmó que, desde su llegada a Paraguay, han encontrado empresas que han sabido explicar cuáles son sus falencias, sus retos, por lo que han podido empezar los procesos de transformación con resultados muy interesantes. “Acompañamos a buscar respuestas a las necesidades específicas que tienen ella en este entorno”, finalizó.


