Pekín, 17 mar (EFE).- El Gobierno chino ha dado a conocer un nuevo plan para estimular el consumo que, hasta el momento, ha generado dudas entre los analistas sobre cómo se aplicará y sí será suficiente para que los residentes del país asiático recuperen la confianza en la economía y estén dispuestos a gastar más dinero.
«Queda mucho trabajo por hacer para satisfacer las necesidades de la población», ha reconocido este lunes en rueda de prensa el funcionario Li Chunlin, vicepresidente del principal órgano de planificación económica del país, al comentar el nuevo plan, adoptado en un documento publicado anoche por el Partido Comunista Chino y el Consejo de Estado (Ejecutivo).
Li ha destacado como medida estrella los 41.300 millones de dólares (37.904 millones de euros) en bonos que el Gobierno dispuso recientemente para financiar un ‘plan renove’ en electrodomésticos o electrónica, si bien ha señalado que «aún hay que esperar a sus efectos».
«Tenemos que ver su impacto antes de decidir las próximas políticas», ha dicho, al tiempo que ha precisado que el plan busca «aumentar los ingresos y reducir las cargas sociales».
Uno de los puntos centrales del documento es hacer aumentar los ingresos de los hogares, con énfasis en el incremento de los salarios, la ampliación de vías para la generación de riqueza patrimonial y la mejora de las condiciones de los trabajadores rurales, aunque no se especifica cómo se lograrán dichos objetivos.
Reducir las cargas familiares
Asimismo, se plantea la necesidad de reducir la carga económica de las familias en ámbitos como la educación, la sanidad y los cuidados de personas mayores; y se prevén subsidios para el cuidado de los hijos en un momento en el que los altos costes de crianza son uno de los factores más citados por las parejas para postergar la paternidad.
Li ha enfatizado este lunes otras propuestas del plan como la protección de los derechos laborales en materia de descanso y vacaciones, aunque sin entrar en detalles.
Por su parte, los analistas consideran que el Ejecutivo ha girado su atención al consumo, tras apostar el año pasado por aumentar el gasto en la inversión, aunque con medidas «nada extraordinarias», según el analista Julian Evans-Pritchard, de Capital Economics.
Mientras, Shi Lei, de la Universidad Fudan de Shanghái, cree que el plan «abarca todo lo que pueda influir en el gasto», aunque reconoce que «los consumidores no necesitan que se les anime a gastar si tienen dinero».
«Los incentivos simplemente no funcionarán si no lo tienen», avisa al diario South China Morning Post; mientras que Lynn Song, economista jefe de ING, indica en un informe que «lo importante será cómo se ponga este plan en marcha».
«No queda claro si las medidas serán suficientes para impulsar la confianza del consumidor a niveles saludables», afirma.
Este lunes la autoridad estadística china divulgó datos como las ventas al por menor, indicador clave del estado del consumo, que crecieron un 4 % interanual, por encima del de diciembre (+3,7 %) y del global de 2024 (+3,5 %).
Según Zichun Huang, de Capital Economics, la «economía china ha tenido un buen comienzo de año, probablemente impulsado por el estímulo fiscal», aunque no espera que la mejora a corto plazo se «mantenga por mucho tiempo» debido a «los obstáculos a los que se enfrenta la economía china».
Riesgos económicos
China se propuso un objetivo de crecimiento de «alrededor del 5 %» para este año, que los analistas calificaron de ambicioso, aunque estiman que los estímulos tomados hasta ahora, como el ensanchamiento del déficit fiscal, serán insuficientes para prevenir la ralentización de la economía.
Los expertos apuntan precisamente a la baja demanda nacional como uno de los principales retos: tras el trauma de la covid, los chinos se muestran más cautelosos que nunca y, según una encuesta del banco central, un 62 % buscará ahorrar más aún en el futuro, cifra que roza máximos históricos y refleja reticencias al gasto.
A eso se suman los riesgos de deflación, el recrudecimiento de la guerra comercial con Estados Unidos y una crisis inmobiliaria que no ha tocado fondo, un asunto peligroso dado que la vivienda es uno de los vehículos de inversión más populares y accesibles para las familias chinas. EFE
