Los planes de Irak de aumentar su producción de petróleo están más que en entredicho. La AIE prevé que el país, segundo mayor productor de la Opep, llegue a 2019 extrayendo apenas 4,5 millones de barriles al día, la mitad del objetivo que se ha marcado Bagdad.
Irak lleva en el ojo del huracán desde hace una década. La pretendida estabilidad que la intervención militar (invasión) de Estados Unidos traería nunca se consiguió realmente. Y ahora alcanzar ese objetivo se aleja aún más, cuando el país vuelve a ser un foco de tensión geopolítica evidente por la escalada de violencia por parte de grupos yihadistas.
La ofensiva lanzada por el grupo Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), una facción escindida de Al Qaeda, alienta los temores a una guerra civil y pone aún más en entredicho la capacidad real de Irak para asumir el papel protagonista que se le asigna en el crecimiento futuro de la producción de petróleo de la región y en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep).
«En el seno de la Opep, Irak figura como el responsable de la mayor parte del crecimiento de capacidad previsto, pero esta expansión parece cada vez más en peligro», sostiene Maria van der Hoeven, directora ejecutiva de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en el último informe de la organización sobre previsiones para el mercado petrolero mundial para los próximos cinco años.El crecimiento depende de IrakEl escenario que maneja(ba) la AIE -la organización que coordina las políticas energéticas de los países de la OCDE- coloca a Irak como el responsable del 60% del aumento de la producción previsto para toda la Opep hasta 2019, con 1,28 millones de barriles diarios adicionales en el próximo lustro. Según estas estimaciones, la Opep, cuya producción se ha visto afectada también por los problemas en Libia y Nigeria y las sanciones a Irán, elevará su oferta en 2,08 millones de barriles diarios en los próximos cinco años, hasta alcanzar los 37,06 millones.
«Dada la precaria situación política y de seguridad en Irak, la previsión [de incremento de la producción de la Opep] se ve presionada a la baja por estos riesgos», explica la AIE en su informe. Irak, que es ahora el segundo mayor productor de crudo de la Opep tras superar a Irán, ha elevado su producción hasta los 3,6 millones de barriles al día y el Gobierno de Bagdad mantiene un objetivo de llegar a 2020 habiendo elevado su capacidad hasta los 8,5 o 9 millones de barriles. Un objetivo muy ambicioso… y que pocos comparten. La previsión de la AIE apunta a que Irak llegará a 2019 con una producción de sólo 4,5 millones de barriles diarios.
La ofensiva de los yihadistas de EIIL en el norte y el centro de Irak durante la última semana viene a alimentar aún más el escepticismo sobre la capacidad del país para incrementar su producción de crudo, y alimenta la ya evidente inestabilidad del país, de sus instituciones y de toda la región. La escalada de violencia ha hecho que en los últimos días el precio del petróleo se dispare hasta máximos de los últimos nueve meses, llegando a superar la pasada semana los 114 dólares el barril Brent, el de referencia en Europa.La revolución del crudo no convencionalEn paralelo, el informe de la AIE señala que la revolución del petróleo no convencional que vive hoy Estados Unidos se trasladará, con menores magnitudes, a otros países y será uno de los factores que redibujen el mercado petrolero mundial. Según las estimaciones del organismo, EEUU duplicará su producción de petróleo no convencional (extraído generalmente mediante el polémico fracking, o fracturación hidráulica) en los próximo cinco años, hasta los 5 millones de barriles al día. Y otros países aportarán en 2019 otros 650.000 barriles diarios de petróleo de esquisto (390.000 barriles procedentes de Canadá, 100.000 barriles de Rusia y 90.000 barriles de Argentina).
Por otro lado, al calor de la recuperación económica y del tirón de algunos emergentes, la AIE calcula que la demanda mundial de crudo crecerá a un ritmo medio del 1,3% anual en el próximo lustro, hasta alcanzar los 99,1 millones de barriles diarios en 2019. Sin embargo, el organismo anticipa que se producirá un «punto de inflexión» que moderará el crecimiento de demanda debido a los altos precios del crudo, a la consolidación de alternativas energéticas más baratas, a las políticas medioambientales más ambiciosas. Sin embargo, la AIE no cree que la demanda global vaya a tocar ya techo (ese pico de demanda sólo se produciría en economías desarrolladas y maduras), pero sí que el alza se ralentizará.
Fuente: Expansión