Tres jóvenes se juntaron y materializaron lo que en un principio solo veían en las películas norteamericanas, un bar temático de deportes. Overtime es el nombre del local ubicado sobre la calle Mariscal Estigarribia del centro viejo de Asunción. La novedosa propuesta de entretenimiento lleva seis meses en la movida nocturna, con una marcada preferencia demostrada por sus clientes.
Fabrizio Guggiari (21) junto a su hermano Guillermo (23) y Eduardo Chaves (21), un compañero de facultad, se asociaron para emprender el negocio, sin experiencia pero con mucho entusiasmo y dedicación. “Mi hermano siempre quiso abrir algo suyo, él me decía: yo voy a abrir y vos ayudame. El tema era la inversión, cuánto nos iba salir. En un viaje, mis padres visitaron un restaurant de deportes, tenía todos los detalles, los nichos donde se ponen las remeras y la parte del cine como le dicen donde tenía la pantalla gigante en forma de un estadio. Dijimos que íbamos hacer algo parecido y con mi compañero nos apartamos y comenzamos a hablar. Nos reunimos con nuestros padres y lo mejor fue porque en todas las ideas coincidíamos” comenta Fabrizio.
Encontrar el lugar indicado con las características de amplitud necesarias para dar un espacio a cada disciplina deportiva, fue todo un desafío. “Nosotros vivimos hacia Sajonia y nos quedaba muy lejos irnos a Carmelitas, aparte como el centro está surgiendo cada vez más con muchísimos bares dijimos para hacer acá, y encontramos este lugar que nos pareció increíble.”
Para darse a conocer, las promociones de bebidas y comidas estaban a la orden del día. Menús que no eran muy solicitados se promocionaban con descuentos, como el matambre y corazoncito con mandioca frita. Por su parte, el trago de la casa es reconocido por servirse en una copa bastante grande, que la mayoría de la gente no puede terminar de tomar, y Overtime lo regala por motivo de cumpleaños o algún otro festejo. Puede ser también un trago a elección del agasajado.
“En ese tiempo venían los amigos, después ya empezó a haber gente que no conocíamos y que hablaban muy bien del lugar, todos se quedaban impresionados. Por como empezó no nos esperábamos tener tanta gente, fue más allá de nuestras expectativas. Las redes sociales fueron de muchísima ayuda, tenemos un amigo que nos ayuda en eso” expresa Fabrizio.
La ubicación estratégica les concede un valor agregado para la captación de clientes, en cinco cuadras alrededor hay por lo menos cuatro bares donde la gente se queda por el movimiento que observa, despertando su curiosidad y luego la fidelidad y asidua concurrencia de los mismos.“Los fines de semana no damos abasto, el lugar es muy grande y de repente no notas cuanta gente hay. Yo por ejemplo estoy sentado y escucho a un grupo de amigos que dicen que buen bar y eso es lo mejor, te sentís súper bien. Por suerte a mucha gente le gusta el ambiente y también la comida” termina diciendo el joven emprendedor.