Madrid, 20 mar (EFE). – Las grandes economías europeas apelan al músculo de sus sistemas financieros para apaciguar los ánimos de los inversores tras la crisis del Credit Suisse, que será absorbido por el UBS, con el aval del Gobierno suizo, tras verse afectado por la quiebra del estadounidense Silicon Valley Bank.
De hecho, aunque la incertidumbre tiñe de rojo el parqué de Zúrich, con los títulos de Credit Suisse desplomándose en torno a un 60 %, las bolsas del Viejo Continente han reaccionado cambiando el signo de la apertura, como se ha visto en el IBEX 35, que a mediodía avanzaba un 0,52 %.
En las últimas horas -y, en especial, durante la mañana- no han faltado los estímulos de gobiernos e instituciones que han valorado el acuerdo por el que el UBS pagará únicamente en acciones el equivalente a 3.000 millones de francos suizos (similar en euros) para quedarse con Credit Suisse.
En concreto, las acciones de Credit Suisse, considerado hasta ayer el segundo establecimiento bancario más importante de Suiza y que se convertirá en una filial de UBS, fueron valoradas en 0,76 francos suizos, un 40 % de su precio de cierre del pasado viernes.
El Banco Central Europeo (BCE), la Autoridad Bancaria Europea (EBA) y la Junta Única de Resolución (JUR) han elogiado el «amplio conjunto de acciones» tomadas por las autoridades suizas para «asegurar la estabilidad financiera», y han resaltado que el sector bancario europeo «es resiliente, con robustos niveles de capital y liquidez».
Un mensaje que ha recibido con agrado el Gobierno español, que ha apelado a la prudencia en sus declaraciones, así como a la «cautela» y la «confianza» en la banca del país.
Una de las citas más esperadas de este lunes es la intervención de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en un diálogo con la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo, al que permanecerá atento el mercado en busca de referencias a la crisis.
El acuerdo también ha sido acogido con «beneplácito» por el Banco de Inglaterra, que ha insistido en que el sistema bancario del Reino Unido «está bien capitalizado y financiado».
En tono similar, el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, ha reiterado que las entidades financieras francesas no están en la misma situación que el Credit Suisse.
«Sabíamos desde hace años que Credit Suisse era un banco con problemas, que perdía dinero, que había asumido una serie de riesgos. Era un banco inmerso incluso en una serie de escándalos, de reputación», ha recalcado a un medio nacional.
En la misma línea se ha expresado el ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, que se ha felicitado del «buen acuerdo» conseguido por el Gobierno suizo, y ha asegurado que seguirán con mucha atención las consecuencias.
Además, ha subrayado que las reglas de Basilea III que se han impuesto a las grandes entidades europeas tras la última crisis financiera «son las más estrictas del mundo».
Tranquilo con la operación se ha mostrado el Banco Nacional Saudí (SNB), el mayor accionista de Credit Suisse, que ha afirmado que su crecimiento en 2023 no se verá afectado por la adquisición de la entidad por parte de UBS.
A tenor de sus cálculos, el cambio del valor de esa inversión «constituye menos del 0,5% de los activos totales» del banco saudí, valorados en 945.000 millones de riales (235.000 millones de euros).
EL EFECTO CREDIT SUISSE EN LAS BOLSAS
Fuera de Europa, el ministro de Finanzas japonés, Shunichi Suzuki, ha admitido que el país vigila con «precaución» las tendencias que se puedan producir en el mercado financiero.
Por su parte, el banco central de Singapur, uno de los principales centros financieros asiáticos junto con Hong Kong, ha garantizado que Credit Suisse podrá continuar operando en la ciudad-Estado «sin restricciones».
En mitad de este contexto, los mercados más destacados de Asia han registrado pérdidas al cierre, incluida una caída algo inferior al 3 % en Hong Kong.
Asimismo, los futuros sobre los principales indicadores de EE.UU. adelantaban desde primera hora una apertura a la baja, pendientes de la próxima reunión de política monetaria de la Reserva Federal (Fed), así como de su sistema financiero tras la inyección de 30.000 millones de dólares (28.000 millones de euros) de los grandes bancos a First Republic Bank.
Se trata de la entidad que más ha sufrido la volatilidad del mercado a raíz de los colapsos del Silicon Valley Bank y del Signature Bank.
De vuelta al Viejo Continente, las principales plazas abrían con pérdidas una sesión muy volátil en la que se han percibido dudas acerca de los valores bancarios.
Con todo, han conseguido darse la vuelta y encaran la recta final de la jornada en verde, con ligeras ganancias.
Los analistas detectan ansiedad en los mercados por el temor a un posible efecto contagio, la salud de los bancos regionales estadounidenses, y también por la preocupación de los tenedores de los bonos de mayor riesgo de Credit Suisse -AT1, híbridos o CoCos-, con un valor nominal de 16.000 millones de francos suizos y que serían amortizados a cero conforme al acuerdo.
El BCE, la JUR y la EBA ya han aclarado, eso sí, que el esquema de la Unión Europea establece que los tenedores de instrumentos de capital ordinario deben ser los primeros en absorber las pérdidas, y que sólo cuando se hayan usado en su totalidad podrán aplicarse quitas a bonos convertibles o títulos híbridos. EFE