Arnold Benítez: “Los bancos y casas de bolsa cuentan con herramientas financieras para hacer frente al riesgo cambiario”

El guaraní cerró el primer trimestre del año como una de las monedas menos depreciadas de la región.

Mientras el panorama global se torna cada vez más incierto, Paraguay se mantuvo como un bastión de estabilidad cambiaria gracias a sus sólidos fundamentos económicos.

No obstante, nuevos vientos amenazan con sacudir esta calma relativa, exigiendo una respuesta estratégica por parte del BCP para navegar las turbulentas aguas que se avecinan.

En la foto: Arnold Benítez, economista y director de finanzas y mercados de Avalon Casa de Bolsa.

Asunción (Paraguay), 29 abr. (PLUS).- Mientras que el mundo enfrenta una creciente volatilidad en los mercados de divisas, impulsada por las tensiones geopolíticas y las medidas de política monetaria; Paraguay se mantiene como un oasis de estabilidad cambiaria gracias a sus sólidos fundamentos macroeconómicos y una gestión eficiente de sus reservas internacionales.

Sin embargo, los vientos de cambio amenazan con sacudir esta calma relativa, exigiendo una respuesta estratégica por parte de las autoridades y el sector financiero.

La economía paraguaya ha logrado sortear las turbulentas aguas de los mercados cambiarios globales, manteniendo su moneda relativamente estable gracias a una combinación de factores clave.

Según Arnold Benítez, economista y director de finanzas y mercados de Avalon Casa de Bolsa, esta perfomance se debe principalmente a la sólida estabilidad macroeconómica respaldada por políticas fiscales y monetarias prudentes, así como una gestión eficiente de las reservas internacionales por parte del Banco Central del Paraguay (BCP).

«Paraguay ha logrado mantener su tipo de cambio relativamente estable, explicado principalmente por la sólida estabilidad macroeconómica, respaldada por políticas fiscales y monetarias prudentes, así como una gestión eficiente de las reservas internacionales por parte del Banco Central», afirma Arnold Benítez.

Además, la diversificación de las exportaciones, particularmente en sectores como la agricultura y la energía, ha proporcionado un flujo constante de ingresos en moneda extranjera.

La implementación de políticas cambiarias estratégicas y la promoción de un entorno favorable para la inversión extranjera también han contribuido a mantener la demanda de la moneda local.

En ese sentido, la estabilidad de los flujos de remesas y la coherencia entre las políticas fiscales y monetarias del gobierno han complementado estos esfuerzos, asegurando la confianza en el guaraní y su posición en los mercados cambiarios regionales.

Sin embargo, el horizonte no está exento de nubarrones. Arnold Benítez advierte que la apreciación del dólar a nivel global y la volatilidad en los mercados cambiarios podrían afectar la economía paraguaya en diversos aspectos.

«Podrían reducir la demanda de exportaciones, nuestro principal ingreso de divisas; aumentar la carga de la deuda externa, que está en más de un 90% en la divisa norteamericana; contribuir a la inflación mediante el encarecimiento de importaciones (en especial los combustibles que tiene un efecto de transmisión a toda la cadena productiva y consumo de la economía); generar incertidumbre en los flujos de capital y afectar negativamente al comercio en la frontera debido a mayores costos para los visitantes de la región que utilicen dólares», sostiene el economista.

Teniendo en cuenta las tensiones geopolíticas que ejercen una presión adicional sobre los precios del petróleo y la logística, junto con la disminución del valor de los principales commodities de exportación paraguayos y el fenómeno de «flight to quality» impulsado principalmente por las tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) que seguirán altas durante gran parte del año, sumado a factores domésticos como el ajuste rápido de la tasa de política monetaria, la alta liquidez en guaraníes y el estrecho diferencial de tasas de interés entre monedas, es probable que los principales ahorristas e inversionistas opten por dolarizar sus disponibilidades.

«Con este panorama actual, podríamos anticipar una cotización del tipo de cambio en un rango de 7.450 a 7.550 guaraníes por dólar para finales del año 2024. Sin embargo, es probable que existan períodos de volatilidad, aunque estos podrían ser atenuados por la intervención del BCP, que cuenta con reservas adecuadas para hacer frente a picos en la cotización», señala Arnold Benítez.

En este contexto, las entidades bancarias y casas de bolsa del mercado financiero paraguayo se preparan para asistir a sus clientes en la gestión del riesgo cambiario. «Entre estas herramientas, productos y servicios, se encuentran la oferta de instrumentos derivados, como contratos de futuros y forwards, la provisión de asesoramiento financiero personalizado, diversificación de fuentes de ingresos con carteras a medida con distribución de riesgo de divisas con rendimiento acorde a cada perfil», explica el director de finanzas y mercados de Avalon Casa de Bolsa.

En resumen, mientras que el panorama global se torna cada vez más incierto, Paraguay se mantiene como un bastión de estabilidad cambiaria gracias a sus sólidos fundamentos económicos.

No obstante, los vientos de cambio amenazan con sacudir esta calma relativa, exigiendo una respuesta estratégica por parte de las autoridades y el sector financiero para navegar las turbulentas aguas que se avecinan.

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