Por Alejandro Kladniew
“Mejor llévate bien con tus vecinos”
Según un sondeo realizado en el año 2022, la mayoría de los paraguayos considera que la justicia es ineficiente y desigual.
Desde hace aproximadamente dos meses, hemos visto por medios y redes sociales un conflicto entre una empresa desarrolladora, en este caso la empresa Petra y el presidente de la Conmebol. En concreto y por si el lector no solo sabe, a través de una denuncia del presidente de la organización del fútbol sudamericano, se paró una obra de Petra sobre la avenida Molas López, la que tengo entendido que, al día de la fecha de escribir esta nota, sigue sin poder continuar.
No es la primera vez que esto acontece, ya que hay antecedentes de decenas de conflictos similares en el pasado; es decir entre un vecino o vecinos con empresas desarrolladoras. Es razonable que esto a veces pueda pasar.
Por lo general, el supuestamente damnificado, primero hace una denuncia a nivel municipal, y si esta no es suficiente, ya que eventualmente la obra esta o se pone en regla con el problema en cuestión, el supuestamente damnificado, si se siente insatisfecho, se dirige a la justicia ordinaria con el fin de que la obra no continúe.
En muchos de estos casos, si no en todos, sorpresivamente, los jueces paran la obra, sin siquiera dar lugar a que la empresa pueda exponer su punto de vista, ni siquiera tomando en consideración el informe técnico que brinde la municipalidad, que se supone el órgano natural de control. Algo así, como que deja de regir el principio de inocencia y se instala el principio de culpabilidad por una mera denuncia.
Es decir que todos quienes desarrollamos edificios, nos vemos “prima facie” potencialmente amenazados por cualquiera de nuestros vecinos aun cuando no hayamos realizado nada en forma incorrecta. Para decirlo, en otros términos, estamos, como inversores de millones de dólares sujetos a la suerte de tener vecinos bien intencionados para que la obra se desarrolle en forma más o menos normal o un juez honesto y competente, que como entiendo que la mayoría comprende, sabe que es altamente improbable que ocurra.
Este escenario que acabo de describir en el párrafo anterior se agudiza en forma negativa si es que el vecino denunciante y-o su abogado, tiene opciones de incidir de alguna forma en el juez a cargo.
Asimismo, la justicia, como comenté anteriormente, pasa por encima a la municipalidad como el organismo de control, siendo quien desde el estado es el órgano natural que debe hacerlo.
Las obras, TODAS, generan ruidos, polvo, molestia y suciedad, esto se puede aliviar en menor o mayor medida, pero es imposible de evitar. También para otros, puede significar perder su privacidad y tranquilidad, mayor circulación, menor espacio de estacionamiento en las veredas, etc. Y también, eventualmente, puede haber caída de una herramienta o material, que por supuesto es peligroso y se debe tratar por todos los medios de evitarse. Por lo general, todas las obras cuentan con seguros para cubrir cualquier contingencia a los vecinos, y me consta como desarrollador que siempre las constructoras se ponen a disposición de los ellos ante cualquier molestia, como así también acatan, cuando corresponde, de ampliar las medidas de seguridad que los inspectores de la municipalidad piden, y en este caso, pasan por las obras casi en forma semanal.
Mi propia empresa y la de otros colegas hemos sido injustamente víctimas de este tipo de situaciones, totalmente anómalas, en ataques de vecinos “despechados” que recurren jueces de dudosa imparcialidad y-o idoneidad.
Durante años una vecina denunciaba que su casa estaba por desmoronarse por tener algunas rajaduras, que después de decenas de técnicos y peritos que verificaron las mismas, se comprobó en forma unánime, que en ningún caso esas rajaduras eran estructurales y cada vez que se intentó repararlas a nuestro cargo, la vecina se negó a que reparemos las mismas. Esta vecina en forma personal expresaba claramente que su único interés era “parar la obra”. Este problema nos llevó meses de atraso, que conllevan perjuicios para los propios compradores y un enorme sobrecosto de obra como temas principales.
No cuento con información suficiente para opinar en forma objetiva acerca del problema actual que tiene Petra, y no quiero hacer una defensa corporativa del sector. Pero no puedo dejar de señalar que el sistema actual al que nos vemos expuesto quienes construimos en Paraguay es perverso para las empresas. Y como prefiero ser realista antes que iluso, sugiero a cualquiera que quiera comenzar una obra, a chequear muy bien a sus vecinos, incluso antes de comprar un terreno, porque poco se puede esperar de la justicia que sea eficiente y equitativa en caso en cualquier tipo de problema.