La jubilación del oráculo de Omaha: el hombre que pudo haber convertido US$ 10.000 en US$ 438 millones

Por Augusto Fabrini, analista.

La era de Warren Buffett puede estar llegando a su fin. El día 03 de mayo de 2025, durante el encuentro anual de Berkshire Hathaway, frente a miles de inversores presentes, Buffett anunció que el vicepresidente Greg Abel será su sucesor y que el cambio en el comando de la empresa ocurrirá antes del final de 2025.

Su legado y su comprensión profunda sobre cómo se crea verdaderamente la riqueza permanecerán como un faro para inversores en todo el mundo.

En su historial, si un inversor hubiera aplicado US$ 10.000 con reinversión de sus ganancias en Berkshire Hathaway en 1965, año en que Warren Buffett asumió el control de la empresa, hoy ese inversor tendría más de US$ 438 millones. El retorno acumulado del holding alcanzó aproximadamente 4.384.748% hasta el final de 2023 — una cifra casi increíble, que refleja la profundidad de su entendimiento sobre inversiones y generación de riqueza.

Con 94 años en 2024, Warren Buffett se prepara para dejar el liderazgo activo de Berkshire Hathaway. Junto a su eterno socio Charlie Munger, fallecido en noviembre de 2023, él moldeó no solo una de las empresas más valiosas del mundo, sino también la filosofía de inversión más sólida y respetada de las últimas generaciones.

El joven que leía balances por diversión

Warren Buffett nació en Omaha, Nebraska, en 1930. Su interés por los números surgió temprano: a los 11 años, compró sus primeras acciones. Todavía adolescente, ya administraba pequeños negocios y leía informes financieros por pasatiempo. Estudió en la Universidad de Nebraska y luego hizo una posgraduación en la Columbia Business School, donde conoció al profesor Benjamin Graham, autor de The Intelligent Investor y padre del llamado value investing.

Graham creía que el mercado a menudo valora mal las acciones en el corto plazo, y que el inversor inteligente debe comprar empresas buenas cuando están subvaloradas — con un margen de seguridad. Esa idea sería la base del estilo de Buffett de invertir por toda su vida.

Berkshire Hathaway: de textil decadente a imperio global

Berkshire Hathaway era originalmente una empresa del sector textil. Buffett comenzó a comprar sus acciones en los años 1960 y pronto asumió el control. Percibiendo que el sector era estructuralmente ineficiente, pasó a usar el efectivo de la empresa para invertir en negocios mejores.

En las décadas siguientes, Berkshire se convirtió en holding con participaciones (o control directo) en empresas como:

  • Apple – US$ 150 mil millones invertidos (mayor posición del portafolio)
  • Coca-Cola – Buffett es accionista desde 1988
  • American Express, Bank of America, Chevron
  • GEICO, BNSF Railway, Duracell, Dairy Queen (empresas controladas directamente)

Como estrategia de inteligencia financiera, Berkshire casi no distribuye dividendos. En cambio, reinvierte las ganancias, ampliando el valor de las acciones y evitando la incidencia de tributos — una táctica que favorece el crecimiento compuesto y sólido de la empresa.

Charlie Munger: el cerebro racional detrás del genio emocional

Munger y Buffett se conocieron en 1959. Munger era abogado, pero tenía una mente lógica aguda. Fue él quien convenció a Buffett de ir más allá del modelo clásico de Graham — que se concentraba en acciones baratas, incluso si eran empresas malas — y buscar excelentes empresas a precios justos.

Charlie Munger resumió su visión con una frase que se volvió legendaria:

“Es mucho mejor comprar una empresa maravillosa por un precio justo que una empresa mediocre por un precio excelente.”

La dupla operaba con una división casi invisible de roles. Buffett era el comunicador, el carismático, el símbolo. Munger, más discreto, era el ancla lógica, el consejero escéptico que ayudaba a evitar errores.

El método Buffett: invertir como propietario, no como especulador

El estilo de Warren Buffett a menudo se reduce a la idea de “comprar acciones baratas”, pero en la práctica, su método es más refinado, basado en cuatro pilares fundamentales:

  1. Value Investing con calidad

Influenciado por Benjamin Graham, Buffett busca acciones negociadas por debajo de su valor intrínseco. Sin embargo, con la influencia de Charlie Munger, pasó a enfocarse en empresas de calidad — aquellas con ganancias consistentes, marca fuerte, liderazgo en el sector y ventajas competitivas duraderas (el llamado moat, o “foso”).

  1. Margen de seguridad

Solo invierte cuando el precio de mercado está significativamente por debajo del valor que él cree que el negocio realmente vale, creando un “margen de seguridad” contra errores de cálculo o eventos inesperados.

  1. Círculo de competencia

Buffett evita sectores que no comprende profundamente. Su famoso consejo es:

“No importa el tamaño de tu círculo de competencia, sino saber dónde están sus límites.”

  1. Largo plazo

Invierte con el objetivo de mantener activos por años o décadas. Frases como “Nuestro período favorito de retención es para siempre” resumen bien su enfoque. Él cree que el tiempo y la reinversión de las ganancias son los mayores aliados del inversor.

Buffett también evita hacer predicciones macroeconómicas o intentar “cronometrar el mercado”. En cambio, se concentra en analizar negocios sólidos, con gestores competentes y modelos sostenibles. Uno de sus principios más citados es:

“Es mejor tener un negocio excelente con un gestor mediano, que un negocio mediocre con un gestor excelente.”

Resultados históricos

  • Retorno anual compuesto de Berkshire (1965–2023): 19,8%
  • Retorno del S&P 500 en el mismo período: 10,2%
  • Valor de mercado de Berkshire Hathaway (2024): por encima de US$ 850 mil millones
  • Fortuna personal de Buffett (2024): cerca de US$ 133 mil millones (Forbes)

Y aun con todo ese éxito, Buffett ya donó más de US$ 50 mil millones en acciones a fundaciones filantrópicas.

La influencia de Buffett en América Latina

Aunque Warren Buffett nunca ha invertido directamente en Paraguay, su filosofía de value investing ha inspirado a inversores en la región. En Paraguay, un mercado en crecimiento con sectores como agronegocio, energía e infraestructura, los principios de Buffett pueden aplicarse en la búsqueda de empresas sólidas y mal valoradas. Por ejemplo, invertir en compañías locales con ventajas competitivas, como aquellas ligadas a la exportación de soja o a la producción de energía hidroeléctrica, puede reflejar el enfoque de Buffett de enfocarse en negocios con moats económicos.

En América Latina, Berkshire Hathaway ya demostró interés en mercados emergentes. En 2019, la empresa adquirió una participación en StoneCo, una fintech brasileña de pagos, mostrando que Buffett y su equipo ven potencial en empresas de tecnología de la región. Esto sugiere la importancia de mirar sectores en expansión, como tecnología y servicios financieros, pero siempre con la disciplina de comprar a precios justos.

Además, la mentalidad de largo plazo de Buffett es especialmente relevante en economías volátiles como las de América Latina. En lugar de intentar predecir fluctuaciones de corto plazo, los inversores locales pueden beneficiarse al enfocarse en empresas con fundamentos sólidos, que resistan crisis y crezcan a lo largo del tiempo.

Lecciones para el inversor paraguayo

Para los inversores paraguayos, el legado de Buffett ofrece lecciones prácticas:

  • La educación financiera es esencial: Así como Buffett leía balances a los 11 años, los inversores deben estudiar los fundamentos de las empresas antes de invertir. En Paraguay, esto puede significar analizar informes de compañías listadas en la Bolsa de Valores de Asunción o de sectores estratégicos.
  • La paciencia es una virtud: En un país donde el mercado de capitales aún está en desarrollo, mantener inversiones por largos períodos puede generar retornos muy significativos, especialmente en sectores en los que el país tiene vocación natural, como agro y energías.
  • Evitar la especulación: Buffett advierte contra seguir modas o intentar “cronometrar” el mercado. Para el inversor paraguayo, esto significa resistir la tentación de apuestas arriesgadas en mercados volátiles, invirtiendo basados en noticias, y enfocarse siempre en los fundamentos básicos para la generación de riqueza para la sociedad y a largo plazo.

Conclusión

La jubilación de Warren Buffett marca el fin de una era en los mercados. Su estilo, su ética y su visión de largo plazo moldearon no solo una de las mayores fortunas del mundo, sino también la mentalidad de millones de inversores. En Paraguay, donde el mercado financiero está en ascenso, las lecciones del Oráculo de Omaha son una invitación a la disciplina, a la paciencia y al enfoque en el valor.

En un mundo cada vez más dominado por inteligencia artificial, algoritmos y apuestas de corto plazo, él dejó claro la lección de que invertir es simple, pero no es fácil. Para los inversores, el desafío es aplicar esa sabiduría en un contexto local, transformando oportunidades en crecimiento sostenible. Como Buffett diría:

“No necesitas ser un genio. Basta con ser racional y paciente.”

El mayor legado de Buffett tal vez no sea el dinero que acumuló, sino la mentalidad que diseminó: invertir con racionalidad, paciencia y una mirada firme en los fundamentos.

En un mundo agitado por especulaciones y modas, él nos recuerda que, al final, el tiempo es el mayor aliado de la riqueza.

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