La hora del reset: la fuerza del dólar es también su mayor fragilidad

Por Augusto Fabrini, analista.

La reciente ola de inestabilidad en los mercados financieros globales, desatada por las políticas comerciales agresivas del presidente Donald Trump, sacó a la luz un escenario complicado para la economía americana y mundial. Como ya dije en mi artículo “Teoría del Milkshake de Dólar: La Batalla del Banco Central para Proteger el Guaraní”, la inestabilidad causada por el “tarifazo” de Trump – que subió las tarifas sobre productos chinos a 145% e impuso tasas de hasta 25% a otros socios comerciales como Canadá y México – llevó un montón de capital a los títulos del Tesoro americano, los famosos Treasuries.

Ese movimiento alivia un poco la presión sobre el Federal Reserve (Fed), como mencioné en mi primer artículo “2025 y la Bomba de Relojería de la Deuda de EEUU: ¿Qué Esperar?”, que enfrentaba el desafío de renovar US$ 9 trillones de dólares, lidiar con la inflación y la incertidumbre económica.

La teoría del “Milkshake de Dólar” no solo se hizo realidad, sino que fue usada por el equipo económico actual de EEUU: el dólar, como activo seguro en tiempos de crisis, atrajo inversionistas globales, aumentando la demanda por Treasuries y, por ende, reduciendo la presión para renovar la deuda, estabilizando el mercado de títulos americanos.

Pero, este movimiento trajo un efecto secundario que quizás el equipo económico de Trump subestimó: China, como respuesta a las tarifas, aceleró la venta de títulos de la deuda americana que tiene, estimados en US$ 761 mil millones.

Esa venta masiva de Pekín, sumada a la necesidad de renovar una deuda pública americana que ya pasa los US$ 36 trillones (como 120% del PIB), generó una presión para arriba en las tasas de interés de los Treasuries.

Datos recientes muestran que, durante los picos de volatilidad en abril de 2025, los rendimientos de los títulos a 30 años llegaron a superar el 5%, reflejando una búsqueda por seguridad en medio del caos.

Cuando inversionistas como China largan títulos al mercado, el precio de esos papeles baja y los rendimientos (intereses) suben, ya que precio y rendimiento van en direcciones opuestas. Esa dinámica se vio en abril de 2025, cuando el mercado de bonos enfrentó una volatilidad parecida a la de la pandemia de Covid-19, con algunos analistas avisando del riesgo de un “mal funcionamiento de ese mercado”.

Impacto de las tarifas chinas: una revancha con efectos sistémicos

La respuesta de China a las tarifas americanas fue dura: además de vender US$ 761 mil millones en Treasuries, Pekín impuso tarifas de revancha de hasta 125% sobre productos americanos, como soja, carne de cerdo y autos, y devaluó el yuan en 8% frente al dólar desde inicios de 2025.

Ese movimiento puede abrir puertas para los productores paraguayos, que hoy venden a China vía triangulación comercial, pasando por alto barreras diplomáticas que antes eran importantes.

La revancha de China tuvo impactos inmediatos en varios sectores:

  • Exportaciones americanas: Las exportaciones agrícolas de EEUU a China, que eran US$ 40 mil millones al año antes de las tarifas, cayeron 35% en marzo de 2025, afectando estados como Iowa e Illinois, donde la soja es un pilar económico.
  • Cadenas productivas globales: La devaluación del yuan abarató los productos chinos, aumentando la competencia en mercados emergentes como Paraguay, donde importadores locales reportaron un aumento de 20% en los costos de bienes americanos.
  • Mercado de commodities: El precio del petróleo Brent cayó 12% en una semana, a US$ 65 por barril, por el miedo a una desaceleración económica global impulsada por la guerra comercial.

Esas tarifas chinas también presionaron para que el dólar se valorice. El índice DXY, que mide la fuerza del dólar, llegó a 110 puntos – el nivel más alto desde 2023 – aumentando la presión sobre monedas emergentes como el guaraní, que ya se devaluó 11,3% en 2024.

Para los empresarios paraguayos, esto significa costos más altos para importar y una oportunidad para exportar soja y carne, que ganaron competitividad frente a los productos americanos.

Desafíos del equipo económico americano

 

Mientras tanto, EEUU enfrenta un problema estructural más grande: mantener el status del dólar como la principal “moneda global” mundial.

Las cualidades que se esperan de una moneda – como durabilidad, divisibilidad, portabilidad, estabilidad y aceptación – fueron discutidas desde Aristóteles hasta autores modernos como Carl Menger, Ludwig von Mises, Milton Friedman y hasta Keynes.

Yo diría que hay 8 cualidades básicas de una moneda global:

  1. Medio de intercambio: Tiene que ser ampliamente aceptada para facilitar transacciones de bienes y servicios. Sin eso, volvemos al trueque, que es ineficiente.
  2. Unidad de cuenta: Sirve como referencia para expresar precios y registrar valores. Un producto cuesta “100” de algo – ese “algo” tiene que ser estable y reconocido.
  3. Reserva de valor: Debe mantener su poder de compra en el tiempo. Si pierde valor rápido (alta inflación), la gente deja de confiar en ella.
  4. Divisibilidad: Tiene que ser fácil de dividir en unidades menores para permitir todo tipo de transacciones. Por ejemplo: el dólar tiene centavos.
  5. Durabilidad: Debe resistir al tiempo y al uso. Antes, los metales preciosos funcionaban bien por eso. Hoy, vale para billetes, monedas físicas y seguridad digital en monedas electrónicas.
  6. Portabilidad: Tiene que ser fácil de transportar y transferir. Monedas pesadas o difíciles de manejar no sirven.
  7. Autenticidad y seguridad: Debe ser difícil de falsificar y tener mecanismos de verificación y protección (físicos o digitales).
  8. Estabilidad: Cambios bruscos en el valor de la moneda (por inflación, devaluación o crisis) hacen que su uso sea difícil e impredecible. Moneda estable = economía predecible.

El dólar, en 1944 (cuando se firmó el Acuerdo de Bretton Woods), era la mejor opción – por confiabilidad, tecnología y calidad de moneda – que el mundo tenía en ese momento. Aunque esas cualidades fueron distorsionadas por el sistema financiero americano, lo que llevó a la ruptura del acuerdo en 1971 por el presidente Richard Nixon, el dólar siguió siendo la moneda global hasta hoy.

El poder de crear dólares junto con su uso en la economía y el comercio mundial – hoy el dólar representa cerca del 60% de las reservas monetarias globales y 90% de las transacciones comerciales internacionales – le da a EEUU una posición privilegiada que les permite financiar sus déficits emitiendo más moneda sin ajustes inmediatos en las cuentas externas (IMF, 2024; BIS, 2024).

Pero el déficit comercial y fiscal americano, que llegó a 6,4% del PIB en 2024, está generando dudas sobre si esa hegemonía es sostenible. La política de Trump, al intensificar la guerra comercial, aumenta esas tensiones, con analistas diciendo que la confianza en el dólar como reserva de valor está tambaleando.

El dilema americano para mantener el dólar como “moneda global”

 Por un lado, una política de austeridad fuerte podría restaurar la confianza en la calidad del dólar como moneda global. Reducir el déficit fiscal, que creció muchísimo con los gastos públicos y los cortes de impuestos prometidos por Trump – estimados en hasta US$ 15 trillones en una década – sería una señal de disciplina fiscal que le mostraría al mundo que el dólar realmente tiene las cualidades que se esperan de una moneda.

Pero esa medida causaría una escasez de dólares en el mercado global y una valorización del dólar frente a otras monedas del mundo.

Por otro lado, mantener el dólar abundante para evitar ese colapso global significa correr el riesgo de una devaluación abrupta de la moneda, lo que podría debilitar aún más su posición como moneda global.

El equipo económico de EEUU tiene un desafío como hacer pasar un elefante por el ojo de una aguja. Porque seguir con los déficits lleva al mundo a buscar alternativas al dólar, y una política muy dura de austeridad presionaría una valorización exagerada del dólar que llevaría al mundo a la misma pregunta.

Cualquier cambio brusco en el valor del dólar llevaría al mundo a lo que Trump quiere evitar: que busquen otra opción como moneda global.

Grandes oscilaciones en el valor del dólar serían catastróficas para economías emergentes y hasta para las desarrolladas que tienen deudas en dólares, pudiendo causar crisis cambiarias y un desajuste masivo en las cadenas productivas, comerciales y políticas globales.

La guerra comercial de Trump, al romper las cadenas de producción, ya causó enormes pérdidas en los mercados bursátiles globales en pocos días. La volatilidad también se vio en el precio del petróleo y en otros mercados, como el de commodities, por el miedo a una recesión global.

Conclusión

Por el poder de los jugadores involucrados y el escenario sin antecedentes históricos, los resultados son realmente impredecibles. China, al responder con tarifas de hasta 125% sobre productos americanos y devaluar el yuan, muestra que está lista para una batalla larga.

Mientras tanto, Trump insiste en que sus políticas de tarifas traerán prosperidad a EE.UU., como dijo en un discurso reciente, prometiendo usar los recursos recaudados para reducir la deuda nacional y fortalecer sectores como el acero.

Pero analistas como Mohamed El-Erian advierten que la mezcla de incertidumbre política y económica puede llevar a una reevaluación global del rol del dólar, con consecuencias de largo alcance para el sistema financiero internacional. Con la consolidación de opciones de monedas como Bitcoin, el mercado financiero y el mundo podrían ir en esa dirección, además de volver a reservas de valor ya establecidas como los metales preciosos.

EEUU y su equipo económico enfrentan, entonces, un desafío gigante: equilibrar la necesidad de restaurar la confianza en el dólar sin desatar una crisis global de proporciones nunca vistas. Las decisiones tomadas en los próximos meses serán clave para decidir si el dólar mantiene su hegemonía o si el mundo verá una reconfiguración del sistema financiero global.

China y EEUU están en una clara batalla de intereses que puede redibujar los pilares del sistema monetario internacional en las próximas décadas.

Estructurar tus inversiones y armar tu patrimonio de manera ordenada y sistemáticamente diversificada es la única forma de reducir riesgos y asegurar alguna rentabilidad a mediano y largo plazo con el actual Reset financiero que el mundo está viviendo y que Trump quiere evitar.

Comentarios